VIENA FINALES DE AGOSTO 2012


Aunque “oficialmente” eran 5 días en Viena y 4 noches de hotel, y lo que nos hubiese gustado era haber llegado el primer día antes de comer, con lo que tienes tiempo entre otras cosas de hacerte una idea de la ciudad, y regresar bien tarde el último día… la realidad es que llegamos de madrugada (sobre las 2 a.m.) al hotel con lo que el primer día ya no existía, luego dormimos dos noches mas y la cuarta noche, no se puede denominar como tal pues nos levantamos a la 1:30 a.m. ya que el avión salía a las 4:20, así que el quinto día tampoco lo aprovechamos. Y es que hay mala combinación desde Valencia volando como lo hicimos con Air Berlin.
PRIMER DIA---------------------------------------

De Manises a Viena.
Llegamos al aeropuerto de Manises sobre las 19:30, Justo y Susi ya estaban esperando y al poco apareció Lola, luego todos juntos esperamos un buen rato hasta poder facturar.

Pasamos los controles, algunas sin zapatos, y nos acercamos a un bar para cenar algo. El avión salió un poquito mas tarde, a bordo nos sirvieron un sandwich y una bebida, yo me guardé el sandwich para la mañana siguiente que me vino de perlas con una cerveza de medio litro (menos mal que tienen poca graduación).
Llegada sobre las 1:30 a.m. a Viena donde el transfer nos esperaba puntual, resultó ser un madrileño correcto y profesional que nos fué contando cosas intesantes del pais y particularmente de la ciudad según la fuimos atravesando, también nos ayudó en el check in del hotel pues el recepcionista hablaba muy entre dientes y casi no le entendí nada. Entre las cosas que nos fué contando era que la calle Mariahilfer, donde está el hotel la podiamos traducir en  algo así como Maria Auxiliadora, también nos mostrò al pasar por delante del local donde televisan el concierto de Año Nuevo (ese que vemos cada primero de año), y que no es en la Opera como todos nosotros creiamos.

Nos ensobramos sobre las 2:30 horas y nos levantamos a eso de las 7:15 unas 5 horas de sueño y el día que nos esperaba era de aupa.

Salida del hotel hacia Hofburg..........

¡¡Horror !! me he olvidado las pastillas en casa !!!. Después de desayunar me armo de valor y me decido a entrar en una farmacia (Aphoteke) cercana como a unos 50 metros en la misma acera que nuestro hotel el NH Atterseehauss; ahí a la segunda frase mia en inglés la dependienta me pregunta ¿es usted español?... se me abrió el cielo. La joven (a la que no pregunté de que parte de España era, aunque deduzco que por el poco acento sería de la parte central), muy amablemente me proporciona unas pastillas idénticas aunque con otro nombre (eso de los nombres comerciales de los medicamentos habría que prohibirlo); aliviado y tranquilizado por lo bien que he salido de este problema encaro el día con una actitud mas que positiva.

Ayudados por el plano de la ciudad y partiendo de que el hotel estaba bien ubicado en la calle Mariahilfer 78 (algo así como Maria Auxiliadora), en unos 10 -15 minutos llegamos al palacio Hofburg, ahí nos hicimos las consabidas fotos en la estatua a Mozart. Visitamos desde fuera el palacio y decidimos no entrar a ver los caballos de la escuela española de equitación, pues era muy temprano para ver caballos.




Si entramos a ver los cubiertos y vajillas de la Sissi, un torro, pero bueno algo teníamos que ver. A mi parecer lo poco interesante está en el tramo donde se recrea la muerte por asesinato de la tal Sissi y algunas curiosidades acerca de su persona, (todo esto nos lo contaba la audio guía que nos dieron).
 Parece ser que Sissi era una "rara avis" en su época, por ejemplo en los baños y hábitos higiénicos que ella solia realizar a diario, usos que eran menos frecuentes para el resto de la corte y no digamos ya por el pueblo llano. (de los españoles en aquella época ni hablamos)



Salimos de la visita y vimos un mercadillo en la misma plaza, entretanto yo ya había empezado a dar cuenta del sándwich del avión y aprovechamos juntos para tomar unas cervezas en un chiringuito. Como curiosidad reseñar que cuando pedí una cerveza fijándome en un cartel donde ponía que costaba 3,80 € pero me pidieron 5,80 € y a mi no me cuadraba el asunto y le preguntaba donde estaba el truco y el tipo me respondía algo en alemán que yo no entendía, ya estaba determinado a pasar sed cuando me comentaron que es que devuelven 2 € al retornar la jarra, ¿extraño no?.

Andando tirando de plano llegamos a contemplar la columna de la Peste, este monumento es como una falla pero de piedra y con una red para que no la estropeen las palomas.














Muy cerca de ahí se encuentra la catedral de San Esteban, tiene andamos pues la están restaurando por fuera, La plaza éstá muy concurrida y es bulliciosa, la iglesia es espectacular aunque está encajonada y no es facil fotografiarla, tampoco ayuda el edificio moderno donde está la tienda Zara que estropea el entorno, si al menos sus cristales de espejo fuesen planos y permitieran fotografiar la iglesia al reflejarse en ellos. Pues ni eso pues son curvos y no se refleja bien

Paseamos por la zona y como vimos que se acercaba la hora de comer de ellos (aun no eran ni las 13 horas, y para los españoles eso no es nada), pero vimos a mucha gente comer en los restaurantes y bares cercanos, asi que por mimetismo, y porque no sea caso que luego cierren, decidimos comer en una concurrida terraza.

Rebajamos la comida buscando los nichos reales de la cripta de los Capuchinos pues nadie parecía saber nada de esa cripta, finalmente entré a preguntar en una galería de arte cercana donde por fin nos lo dijeron.
Es un sótano donde se encuentran los féretros (metálicos) de la nobleza.
No es un espectáculo romantico que digamos pero había que verlo, también vimos en su momento en San Petersburgo los de los zares, estos en féretros de marmol.








Visitamos la Opera por fuera y por dentro y verdaderamente hay que verla aunque sea sin música. Por unos 6-7 € no recuerdo bien, la pudimos visitar con una guía en castellano, Lo que mas nos impresionó fué el escenario pues no imaginábamos que fuese tan enorme y complejo. Ahora nos arrepentimos de no haber ido a una representación.

Ya empezaba a hacerse cansado el día pues llevábamos mucho pateo, y también se oían críticas en nuestro grupo al respecto, asi que para descansar un poco y poder ver la ciudad sin cansarnos decidimos coger el tranvia 2. Fuimos con él hasta final de línea y regreso a donde lo pillamos. No fueron vistas idílicas, pero si relajadas y de paso nos enteramos donde estaba el Parlamento y Rathaus (ayuntamiento).
Bajamos del Strassebahn (tranvía) y aun andamos bastante hasta llegar al Rathaus al que únicamente lo vimos desde fuera y es un edificio interesante. Durante esos días celebraban un festival del film o algo parecido. También habían locales con comidas de diversos paises lo cual lo hacía muy animado aunque no pudimos probar nada pues todos los sitios para sentarse estaban repletos, asi que únicamente conseguimos alterar nuestros sentidos olfativos y volvernos hambrientos con los aromas

Muy cerca se encuentra el Parlamente, hicimos unas cuantas fotos y atravesando en diagonal "pasando" del plano, entramos al Museum Quarter y de ahí merendamos tarta sacher en una cafetería de nuestra misma calle. Ya vimos cerrados muchos restaurantes y bares y aun no eran las 19 horas. Por la costumbre y por los aromas que habíamos aspirado en la feria del Rathaus seguíamos pensando en la cena, pero al poco la tarta sacher empezó a notarse, así que entramos a un super y compré para mi un par de piezas de fruta por si me atacaba el hambre y estuviese todo cerrado.
Llegada al hotel y sin cenar, ni ganas que teníamos con la tarta ingerida.
Uf ! que cansados estamos, al final tendrían razón Justo y Lola en quejarse de que estaban cansados, y que si quedaba mucho para llegar !!   ( Sento, ¿falta molt per arribar?
jo
estic cansat, t'espere
açí )


SEGUNDO DIA ---------------------------------------------------

El plan para este día es visitar Schonbrunn y Belvedere y lo que salga.

Mirando el plano vemos que con metro es complicado, así que andando nos acercamos a coger el tranvia 58 que nos lleva a la puerta del palacio Schonbrunn.
No quisimos pagar 22 € para visitar sus habitaciones por muy espectaculares y recargadas que puedan estar.Así pues visitamos sus jardines y para ello nos desplazamos en un trenecito ( 6 € ), que tienen parecido al que existe en los jardines de Versalles de París, este también permite parar en puntos determinados, visitarlos y reemprender viaje con el siguiente tren. La parada central es imprescindible pues tiene unas fotos magníficas.





Salimos en busca del metro. Me dirijo a una pareja que venía hacía nosotros y en inglés les pregunté por el metro, y otra vez la pregunta ¿es usted español?,... resultan ser una pareja de El Tomelloso, charla sobre anécdotas y despedida. Gracias a sus indicaciones cogemos el metro que está bastante alejado pues habrá como 1 km. y con el llegamos a Karlplatz y empalmamos seguidamente con tranvia hasta el Belvedere.

La eterna duda nos persigue ¿en que restaurante entramos…? Parece ser que acertamos pues tomamos una comida placentera en una terraza interior del restaurante elegido, nosotros pedimos codillo y nos dan gato por liebre pues nos traen filetes de jamon tierno, buenos pero lo que queriamos y no sabemos pedirlo (en alemán es stelze).

Entramos al Belvedere que es un palacio muy interesante y posee unos grandes y bonitos jardines, visitamos las estancias y los cuadros entre ellos el famoso beso de Klimt. Lastima que no permitan hacer fotos a nada de dentro pues  las fotos de los jardines desde arriba del edificio serían buenas,  la que acompaño aquí es la que antecedió al "no photos bite" de un vigilante y eso que la hice desde una ventana y enfocando a la parte exterior del museo como se aprecia en la foto, la verdad es que lo considero "exceso de celo" por su parte.


Comentar lo que casi todo el mundo que va a Viena sabe y es que ...en la calle de enfrente hay una tienda que la regenta un turco el cual ofrece lo mismo o parecido que la tienda del museo con los precios mas baratos, aunque siguen siendo caros.

Esta foto al cuadro "El beso" la hice en una de las tiendas que tiene para que los guiris les compremos los regalitos

Regreso en tranvia a Karlplatz y sin billetes pues no encontramos máquina expendedora de billetes, uff que mal lo pasamos.

Nuevamente en el centro cumplimos con la turistada de comer tarta en Sacher como guiris que somos en este momento,.
Luego de esperar un buen rato pudimos ocupar mesa en la terraza de la calle de este local, pedimos tarta Sacher y yo un strudel, como no tenía muy claro cual de los dos strudel de la carta pedir le dije al camarero que me trajese el que mas le gustase a él y me sirvió el de requesón, no estaba mal, pero creo que el de manzana me hubiese gustado mas, pues aun recuerdo gratamente uno que comí en Salta. Las tartas/tortas Sacher de chocolate que nos sirvieron estan empalagosas como en los demás sitios, lo que pasa es que estas están como sin sacarlas directamente de la nevera y parecen mas recien hechas. Bueno pues ya cumplimos con la turistada de turno, tartufos en plaza Navona, pulpo a feira en Galicia o paella en Valencia.

Nos acercamos al museo Albertina pero ya está cerrado, lo hacen a las 18:00 horas, otra vez será. Ahora el recorrido es ir de tienda en tienda comprando regalitos y acercándonos al hotel. También entramos en un Spar y compramos un buen vino blanco vienès que luego nos beberiamos en el hotel y que nos gustó bastante y un brut para el día siguiente pero que por circunstancias que no entro a comentar yo no probé.

TERCER DIA ---------------------------------------------------

La idea es acercanos a coger un barco para navegando por el Danubio llegar al Prater .

Cogemos el tranvia hasta Schwedenpl, desde ahí llegamos al embarcadero para sacar los caros tickets, como falta bastante para que zarpe el barco, dimos un paseo por la zona y descubrimos la Bolsa en una zona donde vimos bastantes judios.

Subimos al barco y casi no quedan sitios libres, nos hemos encantando un poco. Finalmente encontramos una mesa semillena y nos tomamos unas cervezas y unos vinos vieneses a bordo. El recorrido no tiene muchos misterio, casi no se va nada de la ciudad, lo mejor fue cuando el barco se mete en la esclusa y sube casi 9 metros para continuar navegando

Llegamos a la parada siguiente a la exclusa donde nos bajamos, ahí visitamos la iglesia de la plaza de Mexico en conmemoración de cuando exportaron un emperador a ese país. 

(Maximiliano, el noble austriaco hecho "emperador" de México por los franceses y conservadores mexicanos, este resultó finalmente  ejecutado  por el Gobierno de Juárez).


Desorientados dimos vueltas hasta que tras preguntar varias veces por fin visualizamos la noria.

Subimos a esta noria hasta ahora la mas alta de Europa Justo Teresa y yo, la verdad es que de entrada, sentiamos el efecto "mariposas en el estómago", pero luego esta sensación se disipó pues es una atracción muy tranquila y placentera, a la vez que se nos hizo corta-corta.

Una vez arriba del todo aprovechamos para hacer fotos de la ciudad con todo el zoom de nuestras cámaras.



Al bajar de la noria fuimos buscando y preguntando por el codillo, finalmente conseguimos localizar el bar-restaurante (que está en una calle con muchas atracciones y bares, para nada "al pie de la noria" como lei en un comentario de TripAdvisor)... ....¡¡¡Por fin !! ahí pudimos comer el legendario codillo de cerdo (Stelze) eran enormes de mas de 1 kg con cerveza de medio litro (repetimos jarra y aun nos sobró codillo). y finalmente ración doble también de snaps

Cogemos el metro y regresamos a Karlplatz.

A continuación tirando de plano y preguntando por fin localizamos el café Central.

Nos agradó este local su bonita decoración, una persona al piano y que por fín los cafés que pedimos no fuesen largos-largos. Los pedimos cortos y mas o menos los trajeros así, incluso a petición también nos sirvieron uno descafeinado.
Excelente surtido de pasteles para acompañar. El camarero que nos sirvió atento y tan simpatico o mas que los que trabajan en España que también hay de todo

A la salida nos separamos del grupo pues nosotros vamos a intentar entrar al Albertina y los otros van a ir a su aire, quedamos en contactarnos sobre las 20 horas.

Menudo torro el Albertina, malo-malo de los peores museos que hemos visitado, peor que el Guggenheim de Bilbao. Menos mal que el resto del grupo no nos siguió pues ahora tendría cargo de conciencia por haberles hecho digerir tal contenido.

Saliendo del museo nos contactan la otra mitad del grupo informandonos que ya están en el hotel.

Al estar cerca, nos acercamos a visitar nuevamente San Esteban, que está bonito con la luz del atardecer, sus torres parecen estar encendidas en llamas !!. Hago unas fotos donde se aprecia el color que comento.


Al regreso al hotel cogemos metro y viajamos como dos paradas para hacer las últimas compras y nos perdimos, hasta que finalmente vimos el Quarter Musseum y ya pudimos retomar el camino.

Nos acostamos a las 22 horas y hemos de dormir muy poco tan solo tres horas y media, pues a la 1:30 a.m. nos hemos de levantar ya que viene el transfer a las 2.00 a.m. a por nosotros. A las 4:20 a.m. abandonamos Viena a bordo de Air Berlin.

El dia siguiente lo pasamos durmiendo entre siesta y siesta, ¡ menos mal que aun nos quedan unos días de vacaciones !.